BASAURI, 8-Diciembre-04
A veces la huella que uno deja en el lugar al que pertenece aparece en el momento más inesperado.
Tu esencia, sin tu quererlo, queda en la tierra impregnándola de ti, echando raíces invisibles, que sólo eres capaz de percibir cuando tus pies vuelven a pisarlas.
Y quizá sea el azar o quizá la fuerza de esas raíces las que provoquen que un día tu nombre aparezca grabado en la tierra que una vez abandonaste.
Dicho popular: los de Bilbao pueden nacer donde quieran.
3 Comments:
y aún diría más: cuando se quedan grabados, se quedan bien grabados, en la piedra, para q no puedas borrarlos ni olvidarlos nunca, cosa q, a veces, no es tan buena como se podría pensar. hay veces en la q uno quiere pasar por un sitio y quiere pasar y no dejar huella alguna, incluso desea borrar toda huella del sitio al q perteneció. pero... es tan difícil.
Pienso: Somos como la piedra, que no tiene más remedio que dejarse grabar. Afortunadamente esos trazos que nos marcan la personas , los lugares , las situaciones; son los que despues de hacerse parte de nosotros, nos hace distintos a las demás piedras.
P.D.: No hay nada peor que sentirse piedra fuera de lugar.
Bellas palabras, Raquel. Tampoco somos piedras, ojalá; las piedras son difíciles de grabar, de marcar. Una vez leí que el hombre no tiene una única vida, sino muchas, enlazadas unas con otras, y que ésa es la causa de su desgracia. Un besico.
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